
El búnker que ha construido Noruega en una isla del Ártico conserva más de 2.000 millones de semillas de todo el planeta.»
LONGYEARBYEN (NORUEGA).– En el Arca de Noé del siglo XXI, hace un frío que taladra los huesos. Al llegar a la futurista puerta del búnker, construido en las entrañas de una montaña helada, la nieve cae sin piedad y sopla un viento gélido.
En la carretera, una señal de tráfico alerta sobre el peligro de los osos polares que campan a sus anchas en todo el territorio de Spitsbergen, la isla noruega donde se ha construido la Bóveda Global de Semillas.
«Aquí las semillas de todo el planeta van a estar muy seguras», asegura Ole Westengen, el coordinador del proyecto, «Incluso en los peores escenarios del calentamiento global, dentro de la bóveda haría suficiente frío como para preservar la biodiversidad de los cultivos durante cientos de años», explica este genetista noruego.
Al entrar en el edificio, impresiona el larguísimo pasadizo de 125 metros que lleva hasta las tres enormes cámaras donde ya han empezado a guardarse las primeras muestras de semillas. Por el momento, cuando tan sólo han pasado dos meses desde de su inauguración, el 26 de febrero de 2008, la bóveda ya contiene 268.000 muestras procedentes de más de 100 países. Sin embargo, se espera que a lo largo de los próximos años, la bóveda vaya llenando poco a poco sus estanterías metálicas, hasta albergar 4,5 millones de muestras de todo el planeta (en total, más de 2.000 millones de semillas). Una vez que alcance su capacidad total, se convertirá en el almacén de semillas más grande del mundo.
En la actualidad, ya existen más de 1.000 bancos de semillas por todo el mundo. Sin embargo, muchos de ellos, sobre todo en los países en vías de desarrollo, se encuentran permanentemente amenazados por la escasez de agua, el riesgo de terremotos, inundaciones u otros desastres naturales, el impacto de los conflictos bélicos o simplemente una mala gestión debido a la escasez de recursos. Para afrontar todos estos peligros, a los que también habría que añadir la cada vez mayor amenaza del cambio climático o la hecatombe mundial que podría provocar una guerra nuclear, Noruega ha construido la Bóveda. «Nuestro objetivo es conservar aquí una copia de seguridad de las semillas de todo el planeta», explica Westengen. «Así, frente a cualquier catástrofe, de origen natural o humano, la biodiversidad de los cultivos estará a salvo. La bóveda representa una estrategia crucial para garantizar el futuro de los cultivos que nos alimentan a todos».
La conservación de las semillas en la bóveda será un servicio gratuito, y los países que envíen sus muestras seguirán siendo siempre sus propietarios. Todos ellos podrán recurrir a las copias de repuesto que se conservarán en el búnker ártico siempre que una de las variedades desaparezca de su medio natural. «Los bancos de semillas actuales son muy vulnerables a potenciales desastres, y la
Imagen exterior del búnker. (Foto: EMILIO AMADE)
biodiversidad vegetal es una cuestión demasiado importante como para dejarla desprotegida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario